PRIMER DIRECTOR: Louis Lumière

 


Fue hace 120 años. Exactamente el 22 de marzo de 1895. Ese día, por primera vez en la historia, un grupo de personas que participaban en un convenio sobre fotografía en París se sentaron juntas en la penumbra de una sala de la Sociedad Francesa de Fomento de la Industria Nacional y asistieron colectivamente a un espectáculo increíble: vieron cómo de la pared surgía como por arte de magia un montón de personas que se movía como si estuvieran vivas, la mayoría mujeres vestidas con faldas largas y aparatosos sombreros pero también varios hombres, algunos incluso en bicicleta. Era la primera vez en la historia que se proyectaba una película de cine.

Ese primer filme duraba 46 segundos, mostraba la salida de los obreros de la fábrica de fotografía Lumière en Lyon, había sido realizado con un cachivache capaz de filmar y proyectar imágenes en movimiento ideado por Auguste y Louis Lumière, dos de los seis hijos del dueño de esa fábrica, y fue acogido con total entusiasmo por el grupo de especialistas que asistieron a esa proyección inaugural. Tanto es así que algunos meses después los Lumière decidieron mostrar su invento al público en general, cobrando por ello. La tarde del 28 de diciembre de ese mismo año de 1895 organizaron el primer pase en el sótano del Grand Café, en el número 14 del boulevard des Capucines de París. Ofrecían 10 películas, de unos 50 segundos de duración cada una, a cambio de un franco. Un total de 33 personas desembolsaron ese franco y asistieron a esa primera proyección abierta al público.

Alucinaron. Alucinaron tanto que muchos se echaron inmediatamente a la calle a contar a los transeúntes el prodigio que acababan de presenciar. En cuestión de semanas ya eran 2.500 las personas que ¡a diario! pagaban ese franco por entrar a la sala india del Gran Café de París y ver aquel invento de los hermanos Lumière bautizado como cinematógrafo. Había nacido el cine, y desde el principio fue un éxito rotundo.

El cinematógrafo con el que se rodó y llevó a cabo en 1895 la proyección de 'Salida de los obreros de la fábrica Lumière' es una de las piezas que se pueden contemplar en la exposición que acogerá el Grand Palais, un escenario emblemático ya que fue allí donde en 1900 se celebró la Exposición Universal de París en la que los dos hermanos y su invento fueron protagonistas. La muestra incluye también una reconstrucción de la sala del Grand Café de París en el que tuvo lugar esa primera proyección cinematográfica ante el público, con el añadido de que se pasarán exactamente las mismas 10 películas que vieron esos primeros espectadores del séptimo arte.



Además, y por primera vez en la historia, será posible ver todas y cada una de las 1.422 películas (de alrededor de un minuto de duración cada una) que en total realizaron los hermanos Lumière entre 1895 y 1905, y que hasta ahora nunca se han proyectado íntegramente. Y más allá de repasar la historia de los distintos artilugios e inventos que precedieron al nacimiento del cinematógrafo y de contar la historia de la muy burguesa familia Lumière, la exposición presenta seis 'remakes' de la famosa 'Salida de los obreros de la fábrica Lumière' realizados por seis directores actuales (léase Quentin Tarantino, Pedro Almodóvar, Michael Cimino, Paolo Sorrentino, Jerry Schatzberg y Xavier Dolan) en el mismo lugar en el que se rodó esa primera película de la historia del cine -hoy sede de la Fundación Lumière-, con el mismo encuadre y prácticamente con la misma duración.

Pero la exposición también pretende reivindicar la faceta artística de los Lumière. "Louis Lumière no fue sólo el inventor del cinematógrafo, sino también el primer director de la historia. Las casi 1.500 películas que dirigió tienen un alto valor artístico. Son películas con técnica, con trama, con personajes... Casi todo el cine está dentro de esas 1.500 películas. El modo de hacer cine de Lumière se ve en Bresson, en Eisenstein, en Renoir...", sentencia Thierry Frémaux.





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